ÁREA 08
LA MODA
MODERNA
La neutralidad durante la I Guerra Mundial relega definitivamente a España a un papel secundario en la política internacional. A pesar de ello, la tendencia favorable de la economía mundial en los años 20, permite el crecimiento de la industria bajo un modelo que sigue siendo intervencionista y proteccionista, en especial durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera.
Avanzada la década, la mejora de las infraestructuras se ve obstaculizada por la crisis financiera global y por la inestabilidad sociopolítica, que se agrava en los años finales de la II República. Casi la mitad de la población sigue dependiendo de una agricultura mal desarrollada y la pobreza alimenta el flujo migratorio hacia América. Con todo, la modernidad se abre paso, representada por la democratización de los avances técnicos. La electricidad llega al mundo rural, mientras en las ciudades se impulsa la mecanización, cuyo símbolo son los medios de transporte. Grandes almacenes como Madrid-París, inaugurado con gran pompa en 1923 en la Gran Vía madrileña, fomentan la adopción de tendencias que expresan el espíritu cosmopolita y moderno. Barcelona y Sevilla acogen en 1929 sendas exposiciones internacionales a través de las que España comunica al mundo su acoplamiento al progreso.
AREA 08
LA MODA
MODERNA
La neutralidad durante la I Guerra Mundial relega definitivamente a España a un papel secundario en la política internacional. A pesar de ello, la tendencia favorable de la economía mundial en los años 20, permite el crecimiento de la industria bajo un modelo que sigue siendo intervencionista y proteccionista, en especial durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera.
Avanzada la década, la mejora de las infraestructuras se ve obstaculizada por la crisis financiera global y por la inestabilidad sociopolítica, que se agrava en los años finales de la II República. Casi la mitad de la población sigue dependiendo de una agricultura mal desarrollada y la pobreza alimenta el flujo migratorio hacia América. Con todo, la modernidad se abre paso, representada por la democratización de los avances técnicos. La electricidad llega al mundo rural, mientras en las ciudades se impulsa la mecanización, cuyo símbolo son los medios de transporte. Grandes almacenes como Madrid-París, inaugurado con gran pompa en 1923 en la Gran Vía madrileña, fomentan la adopción de tendencias que expresan el espíritu cosmopolita y moderno. Barcelona y Sevilla acogen en 1929 sendas exposiciones internacionales a través de las que España comunica al mundo su acoplamiento al progreso.
ÁREA 08
EN EXPOSICIÓN
EL DESCUBRIMIENTO DEL CUERPO
DÉCADAS DE 1920 Y 1930
Los baños de sol y de agua de mar se promueven como remedio para muchos males físicos desde tiempos de Isabel II. A inicios del siglo XX, proliferan los clubes náuticos en las principales ciudades costeras, el tiempo que se populariza la práctica de la natación deportiva. El aumento de la actividad playera lleva a regular los usos indumentarios en ese contexto, y a lo largo del primer tercio del siglo se define una tipología para el traje de baño, en origen muy similar para mujeres y hombres.

VESTIDO Y SOMBRERO
1920 — 1926
Inventario — CE102656 y CE091938

Vestido de tafetán de lino crudo, largo a media pierna, sin mangas, con cuello camisero y abertura central en pico. Tiene cortes en los costados, otro corte ondulado a la altura de la cadera del delantero y dos pliegues en la falda. En la espalda, dos pinzas verticales de cintura y par de presillas para sujetar el cinturón. También pesenta dos pequeños bolsillos de ojal vertical a ambos lados, sobre la cadera. Tiene decoración bordada en punto de cruz azul, a base de cuadraditos que forman líneas alternas con rombos. El sombrero, tipo cloche, está realizado en paja y nylon trenzado azul, con ala que se ensancha desde la nuca hasta la frente a lo largo del lado izquierdo.
El tipo de decoración de este mono lo sitúa en línea con las estéticas de las vanguardias, una modernidad que queda enfatizada tanto por el vivo color del tejido como por el innovador patrón que presenta la pieza. Se trata en realidad de lo que, a partir de 1931, se llamó «pijama de playa», una denominación que se dio a monos o pantalones anchos que se vestían sobre el bañador y empezaron a verse a partir de 1928 en entornos turísticos elitistas. El auge del turismo de playa, que dio lugar a toda una industria que incluía casinos, hoteles y otros lugares de entretenimiento, permitió una mayor libertad formal que se tradujo en estilismos de gran modernidad, que enlazan ya con lo que iban a ser las modas juveniles de la segunda mitad del siglo.
MONO
1928 — 1935
Inventario — CE102677

Mono en punto mecánico de seda verde agua, largo a los pies, sin manga, con gran escote en pico y tiro muy bajo.Tiene corte en los costados y a cintura. El pantalón tiene perneras anchas. Cierra en el delantero, a la altura de la cintura, con cinta de punto de seda negra que cruza hacia la hoja izquierda. La hoja derecha cruza por el interior y pasa por un orificio para atar a la espalda. La decoración está formada por un vivo negro que recorre todos los remates de la pieza, sendas bandas horizontales negras en las perneras, próximas al bajo, y, en la hoja derecha, aplicación de tejido formando un círculo negro con tiras beige y salmón en el interior.
El tipo de decoración de este mono lo sitúa en línea con las estéticas de las vanguardias, una modernidad que queda enfatizada tanto por el vivo color del tejido como por el innovador patrón que presenta la pieza. Se trata en realidad de lo que, a partir de 1931, se llamó «pijama de playa», una denominación que se dio a monos o pantalones anchos que se vestían sobre el bañador y empezaron a verse a partir de 1928 en entornos turísticos elitistas. El auge del turismo de playa, que dio lugar a toda una industria que incluía casinos, hoteles y otros lugares de entretenimiento, permitió una mayor libertad formal que se tradujo en estilismos de gran modernidad, que enlazan ya con lo que iban a ser las modas juveniles de la segunda mitad del siglo.
TRAJE DE BAÑO VIKINGO
Hacia 1930
Inventario — CE097608

Traje de baño en punto de lana a dos colores con tirantes y escote redondo en delantero y espalda. De cintura para arriba es de color nude y la parte inferior color teja. Marca el talle a modo de cinturón un rayado en color beige. En el centro del talle presenta una pieza aplica en tafetán estampado, representando una hebilla. Lleva trabillas en la cintura por las que pasa un cinturón elástico en color nude con hebilla de plástico de forma hexagonal.
Aunque no ha sido posible encontrar información sobre la firma inglesa Viking, este y otro modelo conservado en el museo Victoria & Albert de Londres (T.93-1994) nos ponen sobre la pista de una marca acorde con las últimas tendencias en diseño. El escote, muy pronunciado en la espalda, nos lleva a finales de los años 20 o inicios de los 30, y la combinación de colores, así como el cuidado trampantojo de hebilla a la cintura pensado para vestir la pieza sin cinturón, nos hablan de una firma atenta a la evolución de la moda. La espalda descubierta, que empieza a ser habitual en la ropa de baño en la década de los 30, recibiría un fuerte impulso con el lanzamiento del modelo «Racerback» de Speedo, con el que desde 1928 se persigue la máxima adaptación a la forma del cuerpo.
TRAJE DE BAÑO JANTZEN
1920 — 1930
Inventario — CE021983

Bañador en punto de lana de color negro, con tirantes y faldilla cubriendo el arranque de las piernas. Presenta en un lateral, cerca del bajo, el emblema de la marca, que representa a una bañista con traje rojo tirándose de cabeza.
Carl C. Jantzen y los hermanos John A. y C. Roy Zehntbauer fundaron la Portland Knitting Company en enero de 1910, en Portland, Oregon. La empresa se dedicó a los géneros de punto hasta que recibieron el encargo de realizar un traje para nadar, tipología naciente que revolucionaría la firma hasta el punto de convertirla en una de las más conocidas del mundo en los años 30.
Desde 1916, Jantzen Inc. sería la filial para la ropa de baño de la Portland Knitting Company, y desde sus talleres se popularizó el traje de baño unisex. La Red Diving Girl de Jantzen, la joven que aparece en el emblema que adorna sus bañadores, fue diseñada por Frank y Florenz Clark, e hizo su primera aparición en anuncios en 1920. Por esos años, la empresa adopta el eslogan: «El traje que cambió el baño en natación», que subraya la introducción por su parte de un nuevo término para denominar a la nueva tipología, el «swimsuit» («traje de nadar») que sustituía en el mundo anglófono a la denominación «bathing suit» («traje de baño»).
CARTEL GORRES DE BANY CARAGOL
Hacia 1935
Inventario — CE024147

Cartel vertical realizado en cartón en el que, sobre un fondo en color beige, se representa la silueta de una cabeza femenina con un gorro de baño rojo sujeto bajo la barbilla. En el cuarto inferior derecho del cartel hay inscripción en letras negras y un caracol en color rojo. Por detrás tiene una pestaña para mantenerlo de pie.
En el primer tercio del siglo XX España experimenta un proceso de modernización, sobre todo en la década de los años 30, que afecta al papel de la mujer en la sociedad; las técnicas publicitarias experimentan un gran desarrollo y contribuirán a impulsar un rol más activa para la mujer así como a difundir una nueva imagen femenina.
Desde el siglo XIX la práctica de actividades al aire libre y deportivo se va extendiendo, sobre todo a partir de la IGM, aunque la participación femenina en las mismas es aún reducida. En España es a partir de la Segunda República cuando empieza a difundirse su práctica entre la población femenina.
La imagen de la mujer moderna incide en una silueta estilizada y un aspecto saludable, a lo que contribuirá la práctica del ejercicio físico; es en estos años también cuando se pone de moda la piel bronceada por el sol.
Por otra parte, al mismo tiempo que se va generalizando la práctica de estas actividades, surgen productos y materiales específicos para su ejercicio, como el gorro de baño de caucho que publicita este anuncio, que surge en los años 20.
El cartel está producido por Cartonatges F. Sans (Barcelona), como refleja la inscripción en el ángulo inferior izquierdo del cartel. Se trata de un cartel para ser expuesto en un escaparate o mostrador de establecimiento comercial.
REPRODUCCIÓN DE DIBUJO PARA CARTEL
1930
Inventario — CE027008

Dibujo a lápiz y gouache, sobre papel de formato horizontal. Sobre un cielo azul con nubes y un fondo de playa, están representados varios personajes de ambos sexos, casi todos tocados con sombrero y ataviados con indumentarias diversas, sobre una pasarela cuya barandilla se ha roto; un hombre y una mujer caen al agua, donde están sumergidas dos mujeres bañistas, un hombre mayor vestido de gala y otro flotando vestido de guardia.
Este dibujo, que representa una escena cómica, es probablemente el original a partir del cual se realizó la ilustración para la impresión del cartel CE27007, que publicita una pantomima acuática circense. Los personajes visten indumentaria de la época muy variada. En estos años aparece un gran diversidad de ropa adaptada a las diferentes actividades sociales y de ocio, entre la que destaca la ropa informal y deportiva, como los trajes de baño. El sombrero es un indispensable para ambos sexos y para todas las clases
sociales, tanto para las ocasiones más ceremoniosas o serias como para las más informales. La escena representada también nos está hablando de la extensión del ocio y de las actividades al aire libre en la sociedad del momento.
JUGUETES DE PLAYA
Hacia 1920 – 1940
Inventario — MTCE039813, MTCE039814, MTCE081901 y MTCE082989
Conjunto de juguetes formado por cubos y palas de hojalata con mango de madera, que presentan decoración cómica e infantil, como un personaje mordido por un perro o un pollito en un río que mira atentamente un pez, niños pescando o en otros casos paisajes de playa y montaña.
Su tipología y uso nos indica que los juguetes trascendieron más allá del ámbito doméstico para ser disfrutados en espacios abiertos, como es el caso de parques, ríos o playas. La mayoría de las fábricas jugueteras como Payá, Rico o Rey, contaron entre sus catálogos con este tipo de juguetes, sencillos pero de coste mucho más accesible y que contaban con una gran demanda estacional durante los meses de verano, en los que proliferaba la venta de juguetes relacionados con el campo, el mar y la playa. Como en este caso, son muy abundantes los cubos y palas fabricados por la empresa viguesa Rey S.L.A, que llevaría una importante labor juguetera en el área norte de la península.
JUGUETE ACUÁTICO, PAYÁ HERMANOS
1920 – 1930
Inventario — MTCE038380

Juguete de hojalata con resorte que presenta una figura masculina de pie ataviado con un traje de baño compuesto de camiseta de tirantes de rayas horizontales azules y rojas, pantalón corto azul y gorro de baño del mismo color, realizando deporte acuático sobre una lancha roja con motor fueraborda en su parte posterior y donde se inserta el mecanismo de cuerda.
El juguete de hojalata español vivió su máximo esplendor en el período entre la I Guerra Mundial y el inicio de la Guerra Civil, en el que se encontraría este ejemplo, realizado por una de las empresas jugueteras más importantes de nuestro país, como fue Payá Hermanos.
Durante los años 20 se introdujeron avances como la litografía o la aplicación de resortes que permitían una mayor sofisticación en los juguetes en movimiento. Es un momento en que predominan sobre todo los juguetes relacionados con el mundo del transporte o el ámbito militar, siendo un fiel reflejo de la sociedad imperante a pequeña escala.
RECORTABLE
1930 — 1931
Inventario — MTCE033133

Este recortable titulado “Todo el pueblo de Villacaballos de Cartón” pertenece a las páginas centrales de uno de los números de la revista infantil “El perro, el ratón y el gato”, publicada en Madrid por la Compañía Ibero-Americana de Publicaciones. Dicha revista solía dedicar sus páginas centrales a recortables, concretamente este que aquí se expone corresponde al pliego séptimo de la colección del pueblo de Villacaballos de Cartón, y cada semana se representaba parte de los habitantes de ese pueblo en torno a una temática distinta, como podía ser el circo, el fútbol o este que está dedicado al ocio y a la playa.
Los recortables eran juguetes de papel o cartón que contenían figuras para ser recortadas y montadas. Su temática podía ser muy variada, desde muñecas, soldados, edificios, teatrillos e incluso temas religiosos. Como prácticamente todos los juguetes, llegaron a España a través de Francia, estando su origen en las hileras de soldados que aparecen en Cataluña a finales del siglo XVIII. No será hasta mediados del siglo XIX cuando se convierten en un entretenimiento y adquirirán un gran desarrollo un siglo después.
VESTIDO, SOMBRERO Y CARTERA
Años – 20
Inventario — CE106186, CE097858, CE094697

Conjunto formado por un vestido en tafetán de seda azul, cloché de paja y cartera de piel. El vestido tiene escote cuadrado y solapas plisadas que se unen a la altura de la cadera formando un lazo. En torno al cuello presenta una cinta, cosida a un lado. Tiene tres pinzas en cada hombro y manga larga, que se ensancha desde el codo y frunce en el puño. En la cadera, el cuerpo se frunce ligeramente a ambos lados, dando paso a una decoración a base de piezas de tela almenadas, cinco a cada lado, liso el centro. La falda arranca por debajo de la cadera, plisada a ambos lados. Por su lado el cloché tiene una estructura cilíndrica de paja que se recubre mediante bordados en color crudo con formas zigzagueantes rectas y onduladas, dispuestos en diferentes calles. Y la cartera es de piel labrada de color azul claro con cierre de solapa, pieza decorativa metálica ocultando el cierre de automático y gran trabilla a modo de asa en la parte trasera.
La silueta rectilínea y las formas holgadas caracterizan los vestidos de calle de los años 20, en los que los tejidos estampados, aquí combinando lunares y rayas, adquieren una relevancia creciente al sustituir a las profusas decoraciones de apliques de la Belle Èpoque. Este vestido de factura anónima es buen ejemplo de esas formas relajadas con las que la moda femenina adapta el vestido a las nuevas necesidades funcionales y simbólicas que surgen en los entornos urbanos. Tal es el caso de los cloches, cuya introducción se atribuye a la famosa diseñadora parisina Caroline Reboux, «reina de los sombrereros», que habría diseñado el primer prototipo en 1908 (si bien, suele citarse también a Lucy Hamar como la creadora oficial de la tipología, ya en 1917). En los años 20, esta tipología, por lo general realizada en fieltro y siempre encajada en la cabeza, se impone en la moda por adecuarse a la líneas sencillas del traje de la época.
TIEMPOS MODERNOS
DÉCADA DE 1920
La llegada del siglo XIX supuso una revolución tanto en la mecánica como en la ingeniería y los medios de transporte tradicionales se vieron directamente afectados por la aparición de nuevos artefactos que mejoraban la calidad, la seguridad y la velocidad de los viajes. El juguete de hojalata se convirtió en un fiel reflejo de la sociedad del momento y estos avances técnicos eran asimilados, a escala reducida, por el mundo de los juguetes. Las industrias jugueteras se volcaron en la producción de estos medios de transporte, tanto por tierra, como por mar y aire. Los automóviles han sido uno de los juguetes que más evolución han sufrido como reflejo de los propios avances de la industria automovilística. Las jugueteras reprodujeron todo de tipo de vehículos, incluyendo motocicletas con y sin sidecar, autobuses, tranvías, taxis, coches de bomberos y un largo etcétera.
VESTIDO, SOMBRERO
Años – 20
Inventario — CE102758, CE015357 y CE094698

Conjunto de vestido de día con efecto traje de chaqueta en tejido de tafetán de seda azul, con decoración estampada en beige y negro, sombrero cloché y bolso de mano. El vestido es largo a la rodilla, con corte a cadera y manga larga, y cae recto despegándose por completo del cuerpo. Tiene escote en pico con vuelta, y el cuello de la falsa chaqueta es redondeado con solapa. Lleva un lazo en tejido acanalado negro bajo el escote y una columna de doce botones de nácar. También presenta dos bolsillos de plastrón en la falsa chaqueta. El sombrero es de paja trenzada amarilla, con cinta en tejido acanalado gris perla rematada con lazo y un vivo alrededor del ala en el mismo tejido. Tiene cintas ataderas a los lados y etiqueta Megardón / Madrid. Por último, el bolso es de cuero grabado, rectangular con solapa de perfil semicircular con decoración que imita el trabajo del cordobán. Tiene un monedero en el interior y cierre de boquilla.
Una de las novedades introducidas en el vestido femenino en los años 20, impulsada con fuerza por Chanel, fue la adopción de bolsillos, tanto con un criterio funcional como por motivos estéticos o de estilo. Este vestido de calle, en el que se juega con modernos estampados sobre un patrón que libera al cuerpo de cualquier incomodidad, se refleja la tendencia creciente a conquistar un confort indumentario hasta entonces reservado al hombre. Los accesorios, como los que completan este modelo, también se adaptan a las nuevas necesidades, mostrándose más discretos y funcionales.
TRAJE DE HOMBRE KLEIN’S
San Juan de Puertorrico; camisa, cuello y corbata; sombrero, El Novator, La Habana
Años – 20
Inventario — CE097018-CE097022, CE096371, CE097955, CE103324 y CE117006

Conjunto formado por traje de chaqueta, camisa con cuello postizo, corbata y sombrero tipo jipijapa o panamá. El traje está compuesto de chaqueta tipo americana y pantalón de pinzas, en tafetán de lino crudo. La chaqueta presenta sendos bolsillos de plastrón a cadera, y otro más pequeño en el pecho, y cierra mediante dos botones nacarados con ojal. El pantalón cierra con siete botones de pasta con ojal, y tiene botones al interior para tirantes. El bajo de las perneras está doblado. Tiene bolsillos de ojal en los costados y dos más en el trasero, uno con cierre de botón. La camisa es de algodón blanco, con cuello a caja con ojales para postizo. Este es de algodón almidonado, con puntas redondeadas y ojales para prender a la camisa. La corbata es de seda blanca con flores bordadas y el sombrero de paja beige, con cinta de grog negra.
El conjunto es buen ejemplo de la última moda en elegancia masculina en los años 20. L americana sport se impone en los años 20, caracterizada por el desplazamiento de los bolsillos de plastrón de la cadera sobre las costuras laterales y la línea suave de las solapas. Este traje perteneció al militar de ascendencia española Eugenio Carlos de Hostos, que sirvió desde 1905 en el ejército de Puerto Rico, integrado en el estadounidense desde los años 20. Sobre la corbata cabe apuntar que hasta la década de 1850, las blancas fueron muy habituales, frente a la tendencia al negro que se impone desde esa fecha. No obstante, la revolución industrial y el descubrimiento de los pigmentos anilínicos permitirían explorar diversos colores que, en la moda para hombre, se concentran sobre todo en las corbatas. Es importante señalar que, en 1922, un neoyorquino, Jesse Langsford, introduce un nuevo método para confeccionar corbatas, cortándolas al bies en tres piezas para su posterior montaje. Este método, patentado por Langsford, es el que utilizan casi todos los fabricantes de corbatas desde entonces. En cuanto al sombrero jipijapa, conocido también como panamá, montecristi o sombrero de paja toquilla, es un tradicional sombrero con ala de Ecuador. Se confecciona con hojas trenzadas de palmera. Los originarios son de Montecristi, en Ecuador, pero el nombre de «panamá» se relaciona con la difusión que alcanzaron estos durante la construcción del Canal de Panamá, donde miles de ellos fueron usados por los trabajadores. La popularidad del jipijapa aumentó cuando el presidente americano Theodore Roosevelt lo vistió dirante su visita a las obras del Canal.
VESTIDO, SOMBRERO Y BOLSO
Años – 20
Inventario — CE106185, CE094794 y CE094744

Conjunto de vestido de día, sombrero cloche y cartera de mano. El vestido está realizado en crespón de seda verde, es largo a media pierna, con manga larga y foulard cosido a la parte posterior del cuello. Tiene corte bajo a cadera y la falda con vuelo. El escote es de pico, viveado y con 17 botones decorativos de plástico verde con líneas anaranjadas. Salvo la falda y el foulard, presenta pequeñas lorzas horizontales a un centímetro, así como decoración de encaje mecánico de algodón beige en el foulard y en cuatro franjas verticales en la falda. El sombrero, tipo cloche, tiene ala corta y decoración de cinta de terciopelo negro que recorre la copa en espiral. Y la cartera, rectangular, es de piel marrón con decoración repujada rugosa y punteado a imitación de la piel de avestruz.
Destaca en este conjunto el vestido, una pieza de factura muy delicada, que muestra un gran virtuosismo en la manipulación del tejido de crespón y un patrón muy interesante en línea con el estilo definido en los años 20. Aunque no se ha podido concretar una atribución, es probable que se trate de una pieza francesa o centroeuropea, según la informacion aportada por Federico Quinto. En cualquier caso, se trata de un ejemplo de gran calidad de las tendencias más sofisticadas para la moda cotidiana, en la que la relajación formal convive todavía con cierto gusto por el decorativismo. El cloche, por su lado, es u elegante ejemplo de la tipología que se mantuvo vigente hasta la segunda miad de la década, cuando se suprime o se voltea el ala, tomando forma de casquete.
CONJUNTO NIÑA
Años – 20
Inventario — CE106243-CE106245

Conjunto de niña en tul de algodón verde con aplicación de flores de fieltro, formado por vestido, chaqueta y boina. El vestido, si mangas y largo a la rodilla, tiene escote a caja y corte a la cadera. Las tres piezas llevan decoración aplicada a base de flores de fieltro en colores verde y amarillo, y los cortes están decorados con costuras en zig zag, que alternan hilo amarillo y verde.
En este conjunto se trasladan al vestido de niña las líneas de moda en la indumentaria adulta. Como en esta, la línea recta domina el patrón y la línea de cintura se desplaza hacia la cadera, al tiempo que se usan tejidos livianos y una decoración menos recargada.
Este conjunto en concreto recuerda a los diseños de Sonia Delaunay que lucen las hijas de los marqueses de Urquijo en una conocida fotografía de la época. Delaunay se instaló en la calle Columela de Madrid en 1916, y aquí se inició, por motivos económicos, en el campo del diseño de decoración y moda, al que realizó un aporte significativo. En 1921 el matrimonio Delaunay regresa a Francia, donde Sonia continuará explorando esta vía con excelentes resultados.
COCHE DE HOJALATA, RICO S.A.
1926
Inventario — MTCE038188

Este coche de color verde se engloba dentro del modelo cupé. Su techo, guardabarros y ruedas están pintadas de color negro, a la vez que, cuidando el detalle, el perfil de las puertas, del capó, la ventilación y la parrilla están pintadas en tono dorado. Se ha añadido una pequeña bandera de España sobre el tapón de la calandra del radiador. Lleva conductor en el lado derecho que viste uniforme y gorra verdes. Posee mecanismo de cuerda.
Este cupé con chófer es descendiente directo de la berlina tirada por caballos, ya que las carrocerías de los automóviles tienen como origen las de los carruajes de tracción animal. Fabricantes de juguetes alemanes, como Günthermann, Bing, Carette, Fischer, y otros más producían estos juguetes para los mercados europeo y nortemaericano, siendo los más importantes los de Carette por sus cuidados acabados, como cristales de ventanas biselados, y ruedas de fundición con radios y neumáticos de caucho blanco.
En España destacan la casa Hispania con sus limusinas pintadas a mano, o Payá y Rico, al que pertenece este modelo como se puede apreciar en la marca de su puerta. Rico se caracterizó por realizar cupés con el puesto del conductor abierto, como este, que era propio de estos años. Similares a este modelo, y de la misma casa, se conservan otros ejemplos parecidos con la carrocería en rojo.
COCHE HOJALATA
1926
Inventario — MTCE038196

Automóvil con carrocería modelo Torpedo de color negro, abierto con cuatro puertas y capota plegable recogida detrás. Posee ruedas metálicas radiadas y una de repuesto en la parte trasera y faros delanteros plateados. Estos juguetes se esmeraban por reproducir todo tipo de detalles, incluyendo personajes para avivar el realismo que iban ataviados a la moda de la época. En este caso cuenta con un conductor vestido con un traje marrón y sombrero blanco con banda negra y dos pasajeros en la parte de atrás, un hombre vestido igual que el conductor y una mujer con chaqueta roja, falda de rayas y sombrero blanco con cinta azul. Posee mecanismo de cuerda.
El modelo Torpedo respondía a un coche abierto con capota plegable y cuatro puertas, que se utilizó desde 1908 hasta mediados de los años 30. Se caracteriza por su perfil rectilíneo, conseguido por la elevación de la línea del capó.
GRAMÓFONO DE JUGUETE
1926
Inventario — MTCE038190

Gramófono de hojalata sobre base cuadrada amarilla en la que en su parte superior se dibujan detalles como el plato y los mandos. Tiene bocina de color rojo en su exterior y amarillo en su interior y cuenta con un mecanismo de cuerda.
El gramófono fue el primer sistema de grabación y reproducción de sonido que utilizó el disco plano, así como el dispositivo más común para reproducir el sonido grabado durante la primera amitad del siglo XX. Aunque se inventó en 1890, costó que se impusiera al fonógrafo debido a los intereses comerciales de la empresa de Thomas Alva Edison.
En Europa los primeros gramófonos de juguete se comercializaron hacia 1910, producidos por la fábrica de muñecas Kämmer & Reinhardt, que tuvieron gran impacto y ayudaron a la implantación del gramófono como sistema definitivo de reproducción sonora.
A finales del siglo XIX y comienzos del XX, se comenzaron a fabricar juguetes que se vendían en las calles de las grandes ciudades, caracterizándose por ser baratos pero atrayentes y divertidos. Se conocieron como pennytoys o juguetes de bazar. Se popularizaron en Londres pero pronto los fabricantes alemanes empezaron a mostrar gran interés ofreciendo productos de alta calidad, dominando el mercado internacional.
TELEFÓNO DE HOJALATA
1900 –1930
Inventario — MTCE038212

Teléfono de hojalata de juguete en tonos negros y metálicos que se corresponde con el modelo de tipo vela o tipo candelabro. Este modelo fue muy popular desde finales de la década de 1890 hasta la de 1920. Como observamos en este juguete, estos modelos poseían una boquilla, el transmisor, montada en la parte inferior del soporte y un auricular, el receptor, que el usuario sostenía cerca del oído mientras realizaba la llamada. Cuando el teléfono no se usaba, el receptor se colocaba en el gancho del interruptor que sobresalía hacia el lado del soporte, desconectando así el circuito de audio de la red telefónica. Cuando se introdujeron las centrales telefónicas automatizadas, la base del candelabro pasó a disponer también de un dial giratorio.
Este juguete supone una vez más la reproducción a pequeña escala de objetos de la vida cotidiana y del reflejo de los avances técnológicos. Así, a lo largo de la historia del juguete se puede rastrear la réplica de los teléfonos de cada época casi a la par de su evolución. Este teléfono se ubicaría antes de la década de los años 30, ya que a partir de estos años la novedad pasa a ser el teléfono de consola y disco, algo de lo que la industria juguetera se hizo eco casi de inmediato. En este juguete es curioso cómo se incluye un timbre de bicicleta para imitar el sonido manualmente del modelo real, ya que en estos teléfonos de candelabro el timbre se situaba en un panel anexo y no en el propio mástil.
CARTEL PALACETE DE MONCLOA
1930
Inventario — CE027976

Cartel vertical en el que se representa la fachada principal del Palacete de la Moncloa; delante del edificio hay una fuente y varias personas vestidas a la moda de los años 30: a la derecha, un trío compuesto por un hombre y dos mujeres y a la izquierda un señor con una cámara de fotos entre sus manos. En el borde inferior del cartel hay una inscripción dentro de una franja marrón. Està firmado y fechado en su ángulo inferior derecho.
En el primer tercio del siglo XX España experimenta un proceso de modernización y crecimiento económico y social en el que el turismo tiene un importante papel; el cartel será uno de los principales recursos utilizados para su promoción.
Este cartel fue editado por El Patronato Nacional de Turismo; este organismo, creado en 1928 para la promoción y el fomento turístico de España con motivo de las exposiciones internacionales de Sevilla y Barcelona de 1929, emprendió una completa campaña de propaganda, Visite España, en la que participaron dibujantes y artistas de primera línea; en sus carteles se destacaba la riqueza patrimonial y natural de España.
Los personajes de la ilustración, vestidos a la última moda, nos hablan de un turismo todavía de élite.
El edifico representado, cuya visita es promocionada en el cartel, fue erigido en el primer tercio del siglo siglo XVII en medio de una gran finca agrícola por Gaspar de Haro y Guzmán, marqués del Carpio y Eliche; después de pasar por varias manos, fue adquirida por Carlos IV y el palacio fue restaurado por Isidro González Velázquez a principios del s. XX. En 1846 la propiedad pasa a manos del Estado y el edificio sufre otra remodelación en el siglo XX, debida a a Joaquín Ezquerra del Bayo e impulsada por La Sociedad Española de Amigos del Arte con el propósito de convertirlo en museo. A este momento pertenecería la imagen que presenta el cartel. La Guerra Civil provocó la desaparición del Palacio y en su lugar se construyó el actual Palacio de La Moncloa.
El autor del cartel Rafael Penagos fue un destacado ilustrador que trabajó para varias publicaciones de la época, como las revistas Blanco y Negro y Nuevo Mundo y cultivó también el cartel. Sus ilustraciones, en un estilo Art Decó, reflejan el Madrid moderno y sus mujeres reflejan el prototipo de mujer emergente en estos años, delgada, deportista, independiente y sofisticada.

MALETERO ROLLS-ROYCE
Museo Nacionaldel Teatro, Almagro (Ciudad Real)
Años – 30
Inventario — MNT V00091
Maletero metálico, de color negro, con tapa abatible, dos cierres de palanca, cerradura con llave y asas de cuero en los laterales. Este maletero de Rolls-Royce es una de las piezas pertenecientes a la actriz Catalina Bárcena y su pareja, el empresario teatral Gregorio Martínez Sierra que nos permiten hablar de la importancia de los viajes y los equipajes en los años 20 y 30.
A partir de la producción en cadena desde 1908 del modelo Ford T la industria del automovil comienza a fabricar un enorme número de vehículos que cada vez van aminorando su alto precio. Los automóviles anteriores eran de fabricación casi artesanal y solo podían adquirirse como capricho para las clases altas. Al principio muchos de los vehículos son abiertos, pero a lo largo de la década de los años 20 ya comienzan a ser casi todos habitáculos cerrados. Esto potencia viajes más largos y confortables, atractivos para el turismo.
La empresa Rolls-Royce se diferenció de otras competidoras en que cuidaban hasta el más mínimo detalle de sus automóviles, considerandose algunos de los vehículos de mayor calidad, precursores de la automoción de lujo, con modelos como el Silver Ghost o el Fantom.
Baúles, maletas y artículos de viaje se convierten en compañeros indispensables de los viajeros. Al principio los vehículos no tienen un espacio concreto para el equipaje. Pronto, al igual que los carruajes de caballos, empezarán a tener unas estructuras exteriores en la parte delantera o la trasera para incluir estos baules, que se sujetan con correas. Desde 1907 ya se hace referencia a baúles o arcones para automovil, fabricados con materiales más resistentes, aunque lo hacen como un “extra” al vehículo. Estos arcones podían todavía transportarse completos hasta los alojamientos de los viajeros. No será hasta los años 30 que los coches empiecen a incluir un compartimento para equipajes integrado en la parte trasera de la propia carrocería: el maletero.
Catalina Bárcena es considerada una de las grandes damas del teatro español. Con la Compañía Cómico Dramática de Martínez Sierra recorrió toda la geografía española y europea, con gran éxito en París. Su éxito continuó incluso al otro lado del charco, tanto en casi todas las capitales hispanoamericanas como en Hollywood, donde fue contratada por la Foz para rodar varias películas. Maleteros y equipajes fueron indispensables para las compañías teatrales, quedando desde entonces como mítico el baul de las artistas. En el de Catalina Bárcena viajarían las piezas de Lanvin, Paquin o los vestuarios teatrales de la actriz ahora conservados en el Museo del Traje.
COCHE HOJALATA, BING WERKE
1924 – 1933
Inventario — MTCE082015

Automóvil de juguete que reproduce el modelo Ford T, en negro con capota, cuatro puertas y ruedas de ocho radios. El volante se sitúa a la izquierda y es conducido por una mujer que viste chaqueta naranja, gorro verde, falda a rayas negras y blancas y zapatos marrones. Posee mecanismo de cuerda.
El modelo Ford T fue fabricado por la Ford Motor Company de Henry Ford desde 1908 hasta 1927 y con este modelo se popularizó la producción en cadena, lo que permitió bajar los precios y hacerlo más asequible a las clases medias. Una de las novedades que ofrecía y que tiene su reflejo en este juguete es que el volante se situaba en el lado izquierdo. Esta versión en juguete fue fabricada por Bing, fundada por los hermanos Ignza y Adolf Bing en Nuremberg, que comenzó a fabricar juguetes a comienzos de la década de 1860, aunque aparecen de manera oficial a partir de 1895. En un primer momento, su nombre fue Gebrüder Bing (GBN), pero tras la muerte de Ignaz, en torno a finales de la I Guerra Mundial, cambió su nombre por Bing Werke (BW). Además de juguetes, fabricaban novedades científicas y educativas, así como equipamiento doméstico, de oficinas o gramófonos.
TRANVÍA DE HOJALATA, JUGUETES HISPANIA
1918
Inventario — MTCE037869

Juguete de hojalata que representa un tranvía de color amarillo y naranja con imperial y dos direcciones que conserva el trole y cuenta con mecanismo de cuerda. Es una reproducción del que recorría la avenida del Tividabo en Barcelona, que se puso en funcionamiento en 1906. Cuenta con la tablilla del recorrido y lleva también el número indicativo de la ruta, siendo un ejemplo de hasta qué punto llega la imitación a escala reducida de la realidad adulta por parte de los juguetes.
Este modelo en concreto fue fabricado por la empresa barcelonesa Juguetes Hispania, creada en 1912 lo que la convirtió en una de las más antiguas de nuestro país. Como la mayoría de estas fábricas, alcanzó un gran desarrollo durante la I Guerra Mundial debido a la suspensión de las importaciones de juguetes de aquellos países que estaban en conflicto, como era Alemania o Francia. Los juguetes Hispania eran de hojalata soldada y pintada a mano, de fabricación artesanal, siendo piezas de gran tamaño y con un gran número de detalles. En el catálogo de Hispania aparecen varios tranvías tirados por caballos y otros eléctricos con accionamiento de resorte.
AUTOGIRO DE HOJALATA
1930
Inventario — MTCE039729

Este juguete es una reproducción a pequeña escala de un autogiro, aeronave de ala giratoria que más tarde usarían los helicópteros y que fue invención del ingenio español Juan de la Cierva. Posee una hélice en su parte frontal y otra sobre su cabina. Representa un ejemplo más de cómo los juguetes desarrollaban en paralelo todas las novedades y avances tecnológicos que se iba a produciendo en la sociedad.
Se corresponde con el modelo RSA 33 de la firma Rico, que aparece en la década de los 30 y se mantiene hasta la de los 50 como se aprecia en sus catálogos. Fue concebido inicialmente como avión de arrastre, en el que el movimiento de avance de las ruedas accionaba una carraca interior, y posteriormente se debió desarrollar el modelo de resorte, de cuerda, apareciendo ya en los modelos de aeroplano y autogiro. La decoración es común a los tres modelos, en hojalata litografiada en tonos verdes y alguna línea decorativa en amarillo. La empresa juguetera alicantina Rico S.A. fue una de las más importantes de España y se creó en 1910 cuando algunos trabajadores de la empresa Payá Hermanos se asociaron para crear Verdú y Cía, cambiando varias veces de denominación como consecuencia de sus múltiples dificultades financieras y de las variaciones de sus miembros. Es en 1922, cuando Santiago Rico se hace con el control pasándose a llamar Rico S.A. y se convierte en la principal competidora de Payá, logrando un sinfín de artículos de gran calidad y cuidado acabado y ofreciendo ya hacia 1936 más de 500 productos en su catálogo. Esta empresa introduce en la juguetería el concepto de empresa no familiar, la aplicación de la figura del empresario y la entrada de capital extranjero.
LA CIENCIA DE LA BELLEZA
Los campos de la cosmética y los cuidados corporales experimentan un gran desarrollo desde finales del siglo XIX, cuando se difunden nuevos productos como el desodorante, o conceptos como la ergonomía. El discurso sobre el cuerpo, difundido por la prensa, la publicidad y las artes, aúna salud y belleza con la teórica infalibilidad de la ciencia, sustentada por los enormes avances de la medicina y las industrias químicas. En España, nacen Puig y Myrurgia, en 1914 y 1916, respectivamente, marcas que impulsan la perfumería y otros productos de higiene en el mercado nacional.
EL CAFÉ CANTANTE
DÉCADA DE 1930
La vida nocturna en las grandes ciudades europeas se mueve al ritmo del foxtrot americano. En España, esta moda rivaliza con la música y los bailes autóctonos, cuyo éxito traspasa fronteras. En los cafés-cantantes, a menudo simples colmados que se transfiguran llegada la noche, se forjan celebridades como Estrellita Castro, “reina del pasodoble” y pionera de la copla. La cultura cosmopolita se encuentra con la popular, un cóctel que representa como nadie la polifacética Ana de Pombo: secretaria de Chanel, diseñadora, bailarina, socialité, empresaria, escritora y embajadora de la cultura española.
EN TIEMPO DE GUERRA
DÉCADA DE 1930
Barcelona, junto a la cosmopolita San Sebastián, es el foco más activo de la moda española en los años previos a la Guerra Civil. Firmas como Balenciaga y Pedro Rodríguez asientan allí su prestigio como creadores, mientras las primeras boutiques importan confecciones extranjeras. A medida que avanzan los 30, la estética responde a un contexto marcado por la militarización y la conflictividad social. La uniformidad de la indumentaria y el uso recurrente de simbología, son comunes a los principios totalitarios de ambos extremos ideológicos, que hacen un uso consciente del significado de la indumentaria.

CARTELES DE LA GUERRA CIVIL
1936
El cartel político y propagandístico tuvo una gran pujanza en la primera mitad del siglo XX, periodo en el que se produjeron en Europa importantes conflictos bélicos. La Guerra Civil Española, que se desarrolló entre 1936 y 1939, enfrentó al bloque nacional y al bando republicano; ambos frentes se sirvieron, sobre todo, del cartel como medio para influir en la manera de pensar o el estado de ánimo de la población y dieron lugar a una importante producción cartelística. Estos carteles constituyen una interesante fuente para el estudio de diferentes aspectos relativos a la contienda.
El cartel republicano recurrirá a lenguajes estéticos como el Realismo, el Expresionismo y el Constructivismo ruso para conseguir una gran fuerza expresiva, mientras que el cartel del bando nacional se mantendrá dentro de parámetros más convencionales.
CARTEL, AL FRONT!
Carles Fontserè
1936
Inventario — CE026528

Es de papel, de formato vertical y pequeño tamaño. Sobre un fondo azul claro se representa la cabeza de un soldado en posición tres cuartos y tocada con casco en tonos anaranjados y negros. En el cuarto inferior del cartel hay inscripción en letras verdes. En el lado inferior izquierdo, sobre la inscripción, aparece la firma del autor.
Propaga un mensaje de la CNT-FAI y se vale para ello de uno de los elementos iconográficos más utilizados, la figura del soldado, y uno de los mensajes que encontramos con frecuencia en los carteles de los dos bandos, la llamada al reclutamiento a filas. Su autor, Carles Fontseré, trabajó para CNT (Confederación Nacional del Trabajo), FAI (Federación Anarquista Ibérica) durante la Segunda República y la Guerra Civil Española.
CARTEL
Pere Catalá Pic
1918
Inventario — CE026577

Cartel vertical de pequeño tamaño y realizado en papel muy fino, con imagen fotográfica en la que se representa un pie calzado con una alpargata que se dispone a pisar una esvástica sobre un suelo de adoquines.
Fue editado por la Comissaria de Propaganda de la Generalitat, creada en 1936 por la Generalitat de Catalunya para combatir, por medios propagandísticos propios, en la lucha el fascismo y destacar al mismo tiempo el papel de Catalunya en la contienda. Fue un organismo muy avanzado en Europa, tanto en su misión como en lo que a técnicas publicitarias y propagandísticas se refiere, que contó incluso con delegaciones en varias capitales europeas. El autor del cartel, el fotógrafo Pere Català Pic, trabajó para la para la Comissaria como periodista y fotógrafo publicitario, terreno en el que fue uno de los pioneros en Cataluña. La imprenta que lo realizó fue P. Yuste, ubicada en Barcelona.
El cartel, editado en las primeras semanas de la guerra, se sirve de un fotomontaje cargado de simbolismo en el que la espardeña o alpargata catalana representa al campesino o trabajador y la esvástica al fascismo.
NEVERA, LA PARISIEN, BARCELONA
1890
Inventario — MTCE032296

Nevera que funciona con barras o bloques de hielo que consiste en un armario rectangular de madera apoyado en cuatro patas terminadas en metal dorado. Posee una tapa abatible en el lateral izquierdo de la parte superior y en su interior se encuentra un depósito rectangular de zinc para colocar el hielo con orificios laterales de ventilación y una rejilla en la base con un depósito para el agua fría. En el lateral derecho se sitúa un cajón rectangular con tirador de madera e interior de zinc, y debajo de la puerta un cerrojo con dos bisagras y un orificio de ventilación en la parte inferior, en metal dorado. En su interior un compartimento con dos carriles laterales para colocar dos bandejas de conservación de alimentos y en el lateral derecho presenta el mismo orificio de ventilación.
Para conservar los alimentos en buenas condiciones siempre se ha tendido a utilizar técnicas como el secado o la salazón, pero con la introducción de los nuevos hábitos alimentarios y la mejora de los medios y del nivel social empezaron a consumirse productos frescos sobre todo en la gastronomía occidental, surgiendo con ello la necesidad de conservarlos. A las tradicionales fresqueras abiertas, instaladas en las propias viviendas, se sumaron en el siglo XIX los primeros armarios refrigerantes, conocidos como neveras, pues actuaban de la misma manera que los pozos de nieve o neveros artificiales en los que se almacenaba el hielo o la nieve traídos de las montañas. Hacia 1800, el ingeniero estadounidense Thomas Moore inventó la primera versión doméstica que consistía en una cámara de aislamiento portátil refrigerada por bloques de hielo, que llamó «refrigerator». Estaba forrada de madera de cedro y cubierta en su interior por pieles. Pero habrá que esperar hasta 1834 para que se patentara el primer refrigerador de la mano de Jacob Perkins y comenzase a implantarse en los hogares de aquellas familias con más recursos. Este modelo comercializado por la casa barcelonesa Le Parisién a finales del siglo XIX, se correspondería con este diseño ya que funcionaría con bloques de hielo. Consiste en un mueble de madera dividido en varios compartimentos, que forrados de placas de pizarra o de zinc, contenían depósitos de hielo y conseguían mantener los productos a baja temperatura, permitiendo así prolongar su conservación.
LICORERA
H. 1910 – 1930
Inventario — MTCE032191

Esta licorera presenta una tipología característica, compuesta de depósito escalonado de cristal y grifo para servir el licor y aunque no conserve los 6 vasos que formarían el conjunto, estos se realizarían a juego y se colgarían de los ganchos que tiene (tan sólo conserva 5). El pie metálico serviría para estilizar su forma, de estilo art decó, como también se aprecia en la decoración del grifo. Se trata de objetos vinculados a productos de consumo, en cierta manera de lujo, como es por ejemplo el licor, que normalmente era importado y sólo accesible a las clases sociales altas. El uso de las licoreras se remonta a finales del siglo XVII y se vuelven a retomar a mediados del XIX. Estos servicios fueron muy cuidados desde el punto de vista estilístico y formal, como muestra del estatus y gusto refinado de aquellos que los poseían.
SIFÓN, AERATORS LTD.
1908 – 1919
Inventario — MTCE032196

Sifón cilíndrico de vidrio cubierto por una malla de alambre y tapón metálico a rosca provisto de llave para la salida del líquido y un orificio a rosca para su llenado. Cuenta con un tubo de plástico en su interior y conserva el cargador de gas de la marca “Sparklets”.
Este tipo de sifones, que funcionaban con cargas individuales de gas, eran conocidos como «Sparklets», nombre de la compañía londinense que los fabricaba, Sparklets Ltd (que en 1919 absorbe a Aerators Ltd.). Estaba destinado fundamentalmente al ámbito doméstico y consiguió revolucionar los hogares vendiéndose , tal y como se publicitaba, por su «comodidad, higiene y economía». Sparklets no fue la única empresa que diseñó y comercializó estos sistemas de fabricación doméstica de agua con gas a base de cápsulas, pero sí fue la más popular e internacional.
El primer modelo, patentado en 1896, tenía una forma más similar a una botella y ya aparecía publicitado en España en la prensa de 1899. Este sifón se componía de tres cuerpos, el inferior como contenedor, realizado en vidrio y cubierto con una malla protectora inicialmente de bambú, tenía en la boca una rosca a la que se atornillaba el segundo cuerpo, que estaba compuesta por una esfera metálica y atravesada por un pequeño tubo donde se colocaba la cápsula. A este, se volvía a atornillar el tercer elemento, que consistía en una especie de caperuza, que cuando se colocaba perforaba la cápsula, produciendo un sonido similar a un pinchazo de rueda, que indicaba que el gas ya se había liberado, y sólo quedaba agitar. Unos años más tarde, aparecería el popular modelo «Prana Sparklet», al que pertenece este sifón, con un diseño más cercano al que conocemos en nuestros días y ya envuelto en una malla protectora metálica. Este modelo aparece por primera vez en publicidad en 1908, año en que obtuvo una medalla de oro en la Exposición de Zaragoza.Estos sifones fueron evolucionando y en los años 30 se introdujo la válvula de no retorno que permitía retirar la carga una vez que el sifón estuviera cambiado, también más tarde aparecieron los realizados en metal y los de varios colores.
Por la publicidad, podemos saber que en 1915 el sifón constaba 6,75 pesetas, las cápsulas para 12 sifones 1,60 pesetas y aquellas que se devolvían vacías, las retornables, tenían un precio de 0,50 pesetas. Se vendían en cajas de cartón y dentro se incluían las instrucciones para su manipulación, al igual que en la propia botella donde se marcaba una línea roja que marcaba el tope hasta donde podía llegar el líquido e indicando que debía agitarse bien.
CUBO PARA HIELO
1930
Inventario — MTCE032307

Contenedor metálico ligeramente troncocónico y con base plana que presenta dos argollas a los lados a modo de asas. En su interior se dispondría el hielo para enfriar botellas o utilizarlo para bebidas. Realizado en metal sobredorado, mantiene un diseño sencillo en relación a la pureza de sus líneas y simetría y a una decoración simple de tan solo dos bandas incisas en el cuerpo de cinco líneas paralelas cada una. Este diseño sigue perdurando hasta nuestros días, siguiendo las líneas de los años 20 y 30, en los que se contextualizaría este objeto.
En la base aparece una marca con el nombre de la casa que comercializó este objeto en España, Grifé & Escoda, con sede en Barcelona y que contaba también con una sucursal en Madrid, en la calle Alcalá, estando muy activa sobre todo durante la década de los 30 y 40 del siglo XX. Esta casa se encargaba de distribuir objetos de mobiliario, cerámica, porcelana, cristalería, vajilla etc. no sólo para los domicilios de los clientes, sino también para hoteles, cafeterías y demás espacios destinados a servicios, ejerciendo de proveedores de diversas firmas tanto nacionales como internacionales. Entre otras muchas, fue la representante comercial de Thonet en España prácticamente hasta la Guerra Civil, aunque no tuvo la exclusiva de comercialización de esta marca en España.
JARRA
1930
Inventario — MTCE032310

Jarra cilíndrica de cristal con tapa con pico vertedor y asa metálica sobrelevada. La tapa se abre hacia arriba gracias a un resorte que sobresale. Presenta la marca de platero “J // AMA – FM”. Dentro del cuerpo de cristal, contiene un tubo cilíndrico también de este material enroscado al cuerpo superior. Este tubo, donde se depositaría el hielo, serviría para enfriar el líquido que contendría la jarra. El comienzo del de la utilización del hielo de forma habitual supuso un cambio en los contenedores habituales de líquidos.
En cuanto al estilo de esta jarra con enfriador la situamos dentro de la corriente racionalista, que a partir de las doctrinas de la Escuela de la Bauhaus o del Wtchutemas soviético, se comienza a concebir un nuevo tipo de vajilla, que basado en el diseño industrial, concentraba su fuerza estética más en la forma que en los añadidos decorativos, dando prioridad a su utilidad y facilitando además la fabricación en serie y la posibilidad de que llegase a más hogares.
ENCENDEDOR
Hacia 1920 – 1960
Inventario — MTCE032226

Encendedor de apariencia de pistola formado por dos chapas metálicas lisas planas y gatillo simple ligeramente curvado que al accionarlo provoca la chispa.
En los años 20 y 30 se populariza fumar, convirtiéndose los mecheros en útiles necesarios y evolucionando sobre todo en sus formas, hasta tal punto que la mayoría de los diseños actuales sólo han perfeccionado técnicamente lo de esos años. Pero los encendedores también servirían para otros usos básicos y necesarios como son el poder calentarse, cocinar o iluminar, y en función de sus necesidades sus formas también se adaptan para aportar una mayor seguridad y comodidad, así que se diseñan con un mango más económico y más largos para protegerse del fuego, como es este caso, convirtiéndose en herramientas de gran utilidad sobre todo en España a partir de los años 50 que llega el gas butano a los hogares.
Este modelo, junto al número de patente, presenta grabadas las iniciales «UL», lo cual nos indica que podría tratarse de las siglas de «Underwriters Laboratories», una compañía fundada en 1894 de seguridad y certificación de productos en Estados Unidos y Canadá, lo que además también nos daría una pista sobre su procedencia. Analizaban la seguridad de muchas de las nuevas tecnologías, haciendo el producto altamente competitivo para su libre circulación en los mercados internacionales.
ESTUCHE EN PLATA Y CONSTITUCIÓN DE 1931, JUAN JOSÉ GARCÍA GARCÍA
1932
Inventario — MTCE113954

Caja circular con tapa realizada en plata donde se representa dentro de una orla amurallada el escudo de España entre las letras “R”[epública] y “E”[spañola]. En la base de la caja enmarcada por una corona formada por una rama de laurel y otra de olivo aparece dentro de las Tablas de la Ley la leyenda “CONSTITUCIÓN / DE LA / REPÚBLICA ESPAÑOLA / PROMULGADA / POR LAS / CORTES CONSTITUYENTES / EN MADRID / EL AÑO / 1931”. En su interior se conserva una pequeña edición circular de tan sólo 8 centímetros de diámetro y 45 hojas en papel con el texto de la Constitución de 1931, impreso en los Talleres Tipográficos Atenas y con una encuadernación con un pequeño lomo con los colores de la bandera republicana (rojo, amarillo y morado).
Se trata de una edición conmemorativa que se hizo de la Constitución de 1931, donde la intención era relacionarla con otros ejemplos. Así, el formato elegido presentaba una continuidad simbólica y formal con la Constitución de 1812, que contó con una edición con un formato ajustado a una caja muy plana similar a los contenedores de polvos, adoptando el nombre informal de polvera.
El entonces presidente de las Cortes Julián Besteiro Fernández, encargó al artista madrileño Juan José García (1893-1962) la realización de 500 cajas de oro y 30 de plata, destinados a cada uno de los 470 diputados de las Cortes y a destacadas figuras políticas del momento, es por ello que otros ejemplares se conserva el nombre de los diputados grabado en el lateral de la caja. Los troqueles utilizados se adquirieron más adelante para la realización de medallas conmemorativas y también se fabricaron con ellos una serie de cajitas más modestas de latón e incluso de cartón con las que se obsequiaron a los funcionarios que allí trabajaban.
Juan José García García fue un artista madrileño bastante reconocido en los ambientes artísticos de la capital por su activa y fructífera participación en exposiciones y concursos de artes decorativas tanto nacionales como internacionales en la década de los años 20. Muchos de sus trabajos y de su labor coleccionista se custodian en la Fundación que lleva su nombre y se encuentran entre los fondos de este Museo.
CONSOLA, JUAN JOSÉ GARCÍA GARCÍA, HIERRO REPUJADO
1925 — 1931
Inventario — MTFCE114241

De sección pentagonal con tapa de mármol marrón veteado. Pie formado por una serie de piñas superpuestas rematadas en volutas, unidas a su vez por volutas verticales. Apoya en cinco patas en forma de volutas.
CONJUTNO DE VESTIDO Y ESTOLA
Vestido, seda, 1938-1940 y estola de piel, hacia 1925, Autorías desconocidas
Inventario — MTCE094235, MT106184 y MTCE117201

A finales de la década de los 30 el largo de las faldas se acorta de nuevo y la línea de hombros se arma con hombreras rectas que responden al ambiente bélico del momento. Este vestido en particular insiste en la sofisticación del patronaje propia de la década. El corte que lo articula es una pieza que recorre todo el delantero desde los hombros al bajo de la falda.
Por otro lado, el diseño juega de manera ambigua con los elementos funcionales. Los ojetes que perfilan el escote y las mangas son meramente decorativos, mientras que las cremalleras, que sí ejercen su función, se descubren adquiriendo la condición de elemento decorativo. Así mismo, los frunces que en la cintura crean la elasticidad que permite entallar, decoran también las mangas. Con esto, el diseño muestra un giro sobre la relación entre forma y función en el vestido, en línea con los experimentos de Elsa Schiaparelli.
TRAJE DE CHAQUETA MASCULINO, MACINTOSH STUDIO CLOTHES
Hacia 1935, Colección: Catalina Bárcena
Inventario — MT112541-45 y MTCE106681

Este traje, que perteneció al empresario teatral Gregorio Martínez Sierra, fue confeccionado en una de las sastrerías más conocidas de los años dorados de Hollywood, Macintosh Studio Clothes. La firma creció en paralelo a los estudios cinematográficos, y trabajaba tanto confeccionando el vestuario de las grandes producciones como haciendo trajes a medida para una clientela selecta.
Martínez Sierra, fallecido en 1947, acompañó a Catalina Bárcena en sus distintas incursiones en Hollywood a lo largo de los años 30 y principios de los 40.
El brazalete es de paño de lana negro, con bordado de emblema en puntos de pasada con algodón mercerizado rojo.
Autoría: Casa Yustas. S.A
1944-1977
En 1944, el Gobierno instituyó legalmente la Guardia de Franco, una fuerza paramilitar que sustituyó a la Milicia Nacional de FET y de las JONS en la defensa de los valores por el partido único, la Falange Española de las JONS. Su emblema es el que luce este brazalete, formado por el yugo y las flechas de Falange Española con dos espadas en aspa y tres estrellas de cuatro puntas. La Guardia de Franco se disolvió en 1977.
La simbología en la indumentaria y los gestos adquirió especial relevancia en una época dominada por los discursos totalitarios. El franquismo adoptó muchos de los códigos establecidos por José Antonio Primo de Rivera para los miembros de Falange Española, partido político que nace en 1933. El yugo y las flechas, tomados de la iconografía de los Reyes Católicos, podían mostrarse de distintas formas, bordados o como insignias.
ABANICO, RVBIO MADERA
Hacia 1940
Inventario — MTCE081001

Varillas estrechas de color negro, decoradas con las banderas de España, de la Falange y de Italia y Alemana del periodo nazi. Estrecho país de tela negra con perfil rojo.
ÁREA 08
CLÁSICOS DE LA COLECCIÓN
Este modelo es un magnífico ejemplo de sus trajes de noche de este momento. Es un vestido realizado en damasco de seda roja. El cuerpo, con un amplio escote de pico delantero y de espalda y sin mangas, va cortado a la cintura con un volante y una falda larga fruncida con vuelo. El cambio de silueta se manifiesta en el cuerpo, ajustado y ceñido al torso, marcando el busto, que recobra protagonismo, mientras que la falda se llena de pliegues en la espalda para darle un mayor volumen y se adorna con una pequeña sobrefalda, de estilo péplum, que recorre el espacio entre la cintura y la cadera.
La seda roja adamascada reproduce los motivos decorativos tan característicos de la diseñadora: formas vegetales entrelazadas con tallos y pequeñas hojas alargadas, junto a pájaros que rememoran aves del paraíso, con un profundo horror vacui que otorga movimiento bicolor y vistosidad. En definitiva, un vestido con la marca indiscutible de madame Lanvín.
Después de la muerte de Jeanne en 1946, muchos diseñadores de alto rango han diseñado sus colecciones, incluidos Antonio Castillo y Jules François Crahay, Lanvin viste a actrices famosas como Arletty y Marlene Dietrich, además de la Reina de Inglaterra, la de Italia y la de Rumanía.
Inventario — MTCE102850
HISTORIA DE LA PIEZA
El vestido pasa a formar parte de las colecciones del Museo del Traje en 2006 gracias a la adquisición que hizo el Ministerio de Cultura adquirió para el Museo del Traje, en el año 2006, la colección de moda del siglo XX reunida por Enrico Quinto y Paolo Tinarelli.
Se trata de una colección compuesta por más de 880 conjuntos de indumentaria que, por la calidad y variedad de sus piezas, podría formar en sí misma un museo de la moda. Desde vestidos del mítico Paul Poiret hasta trajes de Victor & Rolf; conjuntos de finales del XIX hasta 2002; vestidos decoradísimos de los años 20; exponentes del New Look de los 50; moda pop de los 70 y todos los excesos de los 80 y 90 están representados en la colección. Maestros consagrados de la moda como Balenciaga, Madame Gres y Pertegaz, junto a autores de la alta costura como Valentino, Saint Laurent, Christian Dior, Versace o Westwood. Todo un elenco de diseñadores que muestran el abanico de las tendencias en el vestir del último siglo.
Entre 2003 y 2004 se organizó en la Academia di Francia, Villa Medici de Roma la exposición “Un secolo di moda. Creazioni e miti del XX secolo”, sobre la colección de Quinto y Tinarelli. El catálogo que se editó sobre la exposición supuso una de las primeras muestras que rindieron homenaje a la evolución del vestuario en todo el siglo XX, entendiendo la moda no solo como material histórico e histórico artístico, sino como fenómeno de interpretación de los comportamientos sociales y psicológicos de nuestro tiempo, además de la transformación del gusto y las costumbres. En concreto este vestido de Lanvin aparece en la página 43 del catálogo.
En la exposición permanente del museo se pueden ver otras piezas procedentes de esta colección romana con firmas de Poiret, Heim, Fath, Balenciaga o Versace,
En 2009 se expuso por primera vez en la exposición temporal 100% S. XX. Moda internacional del Siglo XX en el Museo del Traje. Tras una temporada de descanso se incluyó en el discurso de la Exposición Permanente del Museo, en concreto en la vitrina 39 “El glamour de los años 30” dentro del área “Vanguardias y Moda”.
En 2019 se presta para la exposición El cuerpo inventado, en la sala de exposiciones del centro comercial Moda Shopping.
Se puede consultar más información sobre este modelo en la publicación del museo de 2014: “Vestido de noche. Jeanne Lanvin, ca. 1930. Modelo del mes, marzo de 2014”, por Lorena Delgado Bellón.
Inventario — MTCE102850
VESTIDO DE NOCHE, JEAN LANVIN
Ca — 1930

VESTIDO DE NOCHE, JEAN LANVIN
Ca — 1930

Este modelo es un magnífico ejemplo de sus trajes de noche de este momento. Es un vestido realizado en damasco de seda roja. El cuerpo, con un amplio escote de pico delantero y de espalda y sin mangas, va cortado a la cintura con un volante y una falda larga fruncida con vuelo. El cambio de silueta se manifiesta en el cuerpo, ajustado y ceñido al torso, marcando el busto, que recobra protagonismo, mientras que la falda se llena de pliegues en la espalda para darle un mayor volumen y se adorna con una pequeña sobrefalda, de estilo péplum, que recorre el espacio entre la cintura y la cadera.
La seda roja adamascada reproduce los motivos decorativos tan característicos de la diseñadora: formas vegetales entrelazadas con tallos y pequeñas hojas alargadas, junto a pájaros que rememoran aves del paraíso, con un profundo horror vacui que otorga movimiento bicolor y vistosidad. En definitiva, un vestido con la marca indiscutible de madame Lanvín.
Después de la muerte de Jeanne en 1946, muchos diseñadores de alto rango han diseñado sus colecciones, incluidos Antonio Castillo y Jules François Crahay, Lanvin viste a actrices famosas como Arletty y Marlene Dietrich, además de la Reina de Inglaterra, la de Italia y la de Rumanía.
Inventario — MTCE102850
HISTORIA DE LA PIEZA
El vestido pasa a formar parte de las colecciones del Museo del Traje en 2006 gracias a la adquisición que hizo el Ministerio de Cultura adquirió para el Museo del Traje, en el año 2006, la colección de moda del siglo XX reunida por Enrico Quinto y Paolo Tinarelli.
Se trata de una colección compuesta por más de 880 conjuntos de indumentaria que, por la calidad y variedad de sus piezas, podría formar en sí misma un museo de la moda. Desde vestidos del mítico Paul Poiret hasta trajes de Victor & Rolf; conjuntos de finales del XIX hasta 2002; vestidos decoradísimos de los años 20; exponentes del New Look de los 50; moda pop de los 70 y todos los excesos de los 80 y 90 están representados en la colección. Maestros consagrados de la moda como Balenciaga, Madame Gres y Pertegaz, junto a autores de la alta costura como Valentino, Saint Laurent, Christian Dior, Versace o Westwood. Todo un elenco de diseñadores que muestran el abanico de las tendencias en el vestir del último siglo.
Entre 2003 y 2004 se organizó en la Academia di Francia, Villa Medici de Roma la exposición “Un secolo di moda. Creazioni e miti del XX secolo”, sobre la colección de Quinto y Tinarelli. El catálogo que se editó sobre la exposición supuso una de las primeras muestras que rindieron homenaje a la evolución del vestuario en todo el siglo XX, entendiendo la moda no solo como material histórico e histórico artístico, sino como fenómeno de interpretación de los comportamientos sociales y psicológicos de nuestro tiempo, además de la transformación del gusto y las costumbres. En concreto este vestido de Lanvin aparece en la página 43 del catálogo.
En la exposición permanente del museo se pueden ver otras piezas procedentes de esta colección romana con firmas de Poiret, Heim, Fath, Balenciaga o Versace,
En 2009 se expuso por primera vez en la exposición temporal 100% S. XX. Moda internacional del Siglo XX en el Museo del Traje. Tras una temporada de descanso se incluyó en el discurso de la Exposición Permanente del Museo, en concreto en la vitrina 39 “El glamour de los años 30” dentro del área “Vanguardias y Moda”.
En 2019 se presta para la exposición El cuerpo inventado, en la sala de exposiciones del centro comercial Moda Shopping.
Se puede consultar más información sobre este modelo en la publicación del museo de 2014: “Vestido de noche. Jeanne Lanvin, ca. 1930. Modelo del mes, marzo de 2014”, por Lorena Delgado Bellón.
Inventario — MTCE102850
ÁREA 08
CONTEXTO
GLOSARIO
MÚSICA - MÚSICA - MÚSICA - MÚSICA - MÚSICA - MÚSICA - MÚSICA - MÚSICA - MÚSICA - MÚSICA - MÚSICA - MÚSICA -
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DISFRUTA
NUESTRA PLAYLIST
DISFRUTA
NUESTRA PLAYLIST
BIBLIOGRAFÍA
LA NOCHE ESPAÑOLA: FLAMENCO, VANGUARDIA Y CULTURA POPULAR (EXPOSICIÓN)
1865 — 1936
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Catálogo de la exposición celebrada en el Centro de Arte Reina Sofía, en la que se investigaba la relación entre cultura popular (y el flamenco en particular) y la vanguardia artística. La conexión entre flamencos y modernos, la imagen de la bailaora como arquetipo, entre otros temas, con la visión de la artista rusa Goncharova con las bailarinas españolas.
MYRURGIA: BELLEZA Y GLAMOUR (EXPOSICIÓN)
1916 — 1936
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Catálogo de la exposición que nos acerca a Esteve Monegal i Prat, escultor adscrito al novecentismo catalán que dirigió Myrurgia desde 1916 y a las distintas facetas creativas que confluyen en esta empresa de perfumes. El conjunto refleja la atmósfera de una época y también el paso de una estética de carácter clásico al estilo glamuroso y hedonista del Art déco. El recorrido de la muestra finaliza, tras unos años de gran vitalidad creadora, con el estallido de la Guerra Civil.
TEXTILTECA
ÁREA 08
MIRADA PROFESIONAL
Museo del Traje. CIPE Av. Juan de Herrera, 2 (28040) Madrid
Metro: Ciudad Universitaria (línea 6) Moncloa (líneas 3 y 6)
Teléfono: 91 550 47 00